El mayor problema puede provenir del colombófilo que, una vez concluida la temporada de concursos, se “relaja” un tanto en prestar las atenciones que requieren tanto la colonia de palomas como el palomar, despreocupándose en cierta medida de sus aves hasta el inicio de la temporada siguiente, lo cual es lugar a dudas una gran falta de previsión de cara a obtener algún tipo de resultado positivo en las competiciones del próximo año.
Los éxitos deportivos suelen ser el resultado de todo un año de trabajo y no sólo unos meses de intensa preparación previa a la temporada.

El palomar no se debe descuidar en ninguna época del año
La vigilancia y la atención deben ser constantes durantes todas las estaciones.
Las rutinas propias de su mantenimiento, como limpieza o suministro de agua y comida, son parte básica de la actividad del colombófilo así como la mejor forma de tomarle el pulso al estado general del palomar y sus palomas.
La observación permanente hace que se descubran problemas de salud de forma incipiente y por tanto de rápida solución. Se aprende a reconocer a las aves y sus características particulares, a encontrar mayores compatibilidades entre los individuos seleccionados para la reproducción. En definitiva a estrechar la relación entre el colombófilo y sus aves de forma duradera y efectiva.
Todo éste duro trabajo será la base de los futuros éxitos que se alcanzen.
No hay recetas mágicas ni milagros que duren. En la práctica de la colomboflia, como en la mayoría de los aspectos de la vida, el trabajo duro, el esfuerzo y la perseverancia son la base de cualquier logro a conseguir.
De todas formas al colombófilo apasionado de sus palomas no le resultará pesada la labor, al contrario.
Al aficionado que siente verdadero amor por sus palomas, independientemente de que aspire a alcanzar algún éxito deportivo, no le supondrá una carga el mantenimiento de su palomar, más bien al contrario, pues le gusta lo que hace, le gusta estar con sus palomas.
El invierno es tiempo de reflexionar y planificar
Se debe reflexionar sobre la temporada finalizada; si los resultados obtenidos obedecen a nuestras expectativas o si los errores acaecios hubiesen sido evitables.
Igualmente se debe comenzar a planificar la temporada futura para no descuidar ningún aspecto y no cometer los mismos errores que hubiésemos podido cometer en años anteriores; emparejamientos más exitosos, tratamientos fitosanitarios adecuados y administrados en su momento, alimentación equilibrada, observación constante de cualquier signo de enfermedad o debilidad, selección previa de los ejemplares adecuados para cada encestes, etc…
La realización de una planificación anual, donde recojamos mes a mes o semana a semana, todos los aspectos importantes de la actividad del palomar puede ser la clave para optimizar los resultados: emparejamientos, tratamientos, cambios en el tipo de alimentación, medicación, … todo registrado y anotado para que quede bajo nuestro control.
Con un poco de disciplina por nuestra parte no es difícil de conseguir y con un poco que seamos rigurosos el esfuerzo vale la pena. Planteénselo como un objetivo para el año nuevo.