El rendimiento deportivo de nuestras palomas mensajeras está vinculado no sólo a los problemas patológicos debidos a microbios o parásitos, sino también a otros condicionantes tan importantes como los primeros; citemos como ejemplo de tales condicionantes el manejo apropiado a la hora de realizar las rutinas básicas y el método de juego, una alimentanción equilibrada, sana y en óptimo estado, el inevitable peso de la genética de cada ave en los resultados del trabajo realizado por ellas así como unas instalaciones adecuadas y ajustadas a las necesidades de nuestras mensajeras.
En cuanto a las afecciones respiratorias que puedan afectar a la colonia se debe dar más importancia a la prevención que al tratamiento en sí de tales afecciones, ya que los tratamientos se deben administrar sólo a individuos de gran valía y no a toda el palomar como norma. Los cambios de temperatura violentos y las situaciones términas extremas influyen negativamente en la respuesta inmune de cada organismo, en la fortaleza de sus defensas y por tanto en la sobreexposición a los agentes patógenos generadores de enfermedades. Una ventilación de las instalaciones excesivamente fuerte puede ser tan dañina como una ventilación insuficiente de las mismas, pues el exceso de concentración de amoniaco procedente de los excrementos que tienen que respirar las palomas puede acabar afectando a su sistema inmune y por ende a su rendimiento deportivo.
Y otro tanto se podría decir de las consecuencias del hacinamiento o la fatiga continuada por un exceso de pruebas deportivas. Si a todos estos factores condicionantes del rendimiento añadimos las infecciones que coexisten habitualmente en cualquier palomar de manera más o menos solapada el que surja la enfermedad sólo dependerá de la interacción puntual de éstos tres elementos: la paloma, el agente patógeno y el medio.
La tricomoniasis es otra enfermedad clásica de clásica de algunos palomares, de hecho está presente en el 80% de las palomas sanas. Su alto grado de contagio y las frecuentes recaidas que sufren las palomas que la padecen se ven favorecidas por su transmisión por ingesta de agua o grano contaminado así como via oral a través de padres a hijos. Cualquier tratamiento contra tricomonas se debe complementar con desinfección e higiene del palomar.
Otra patología habitual de muchos palomares son los síndromes diarreicos, que si bien no son enfermedades propiamente son síntomas de otros elementos patógenos; infectaciones por parásitos (tenias, capilarias, etc. ..), por protozoos como coccidios o tricomonas, bacterias como la E.Coli, salmonela, etc… o problemas de tipo alimenticio o intoxicaciones puntuales por minerales.
La presencia de parásitos externos, como ácaros en las plumas, sarna, piojos, etc,.. además de su importancia como transmisores de enfermedades de tipo vírico o bacteriano al organismo de la paloma afectada, denotan una importante falta de higiene y salubridad en el manejo de la colonia por parte del colombófilo.
En definitiva, cuando nos encontramos con alguno de los citados problemas patológicos, la primera conclusión a extraer es que las condiciones de vida de la colonia quizás no son las adecuadas y una vez mas recordaremos que la prevención es y será siempre la mejor forma de manejar la salud de nuestras palomas, y como más vale pecar de prevenidos que lamentarlo algunas actuaciones totalmente imprescindibles para evitar males mayores se podría enumerar: aislamiento térmico del palomar, evitar las humedades, ventilación adecuada, limitar los accesos a las instalaciones, evitar el hacinamiento, desinfecciones periódicas, controlar la calidad del agua, evitar intrusos como insectos, roedores y similares.