La prevención es siempre la mejor herramienta de tratamiento de ciertos problemas y el envenenamiento accidental de alguna de nuestras palomas mensajeras puede ser un claro ejemplo.
Cómo actuar ante un envenenamiento de nuestras palomas
Si nuestra colonia vive en el campo, no estará demás tenerla encerrada cuando en las inmediaciones de nuestro palomar se esparzan abonos sólidos sobre el terreno, así como la existencia de cebos para roedores y otras plagas no protegidos adecuadamente.
Cuando se produzca una ingesta ocasional de alguna sustancia potencialmente venenosa o nociva las medidas a adoptar estarán encaminadas a evitar la absorción y difusión del veneno por el cuerpo del ave con la mayor celeridad posible.
Nada más detectar síntomas de un posible envenenamiento se ha de hacer vomitar al ave para impedir en la medida de lo posible la absorción del veneno vía digestiva. Una jeringa grande y una cánula flexible de plástico nos permitirán acceder al buche de la paloma e introducir en él cierta cantidad de agua templada para provocar el vómito.
Hay ciertos antídotos específicos para cada tipo de veneno pero si no estamos seguros del agente causante es preferible usar uno genérico.
El agua albuminosa ( dos claras de huevo batidas en 200 ml de agua) actúa frente a numerosos venenos creando una solución poco soluble y no absorbible por el intestino del ave, por lo que el veneno pasa por éste sin causar grandes estragos.
Otro antídoto utilizado recurrentemente es la leche, aunque con menor efecto activo que el agua albuminosa y contraindicada en casos de venenos solubles en materias grasas ( como los fosfatos); la parafina y el carbón vegetal son otros conocidos antídotos utilizados por los colombófilos.
En todos los casos y una vez aplicado el antídoto más eficaz según los casos, ayudaremos a la paloma a tomar agua en cantidad para que limpie y filtre riñones y otros órganos internos para una rápida recuperación.
En casos más graves la atención especializada de un veterinario se hará imprescindible. Sólo los profesionales prescribirán las medidas precisas para que no queden secuelas y el ave se recupere completamente tanto para la cría como para la competición.