En colombofilia es conocida por todos los aficionados la incertudumbre que rodea a cada suelta, a cada entrenamiento o prueba sobre el resultado de la misma ya que son muchos los factores que influyen en dicho resultado y que escapan al control del colombófilo: contingencias del transporte, alteraciones climatológicas, aves rapaces, etc… y que pueden llevar al desastre el trabajo de toda una temporada.
Pero uno de los pilares fundamentales para evitar tales bajas es el trabajo de preparación previo realizado por el criador con sus palomas, en especial para las pruebas de fondo.
Es labor del aficionado separar y distinguir a las palomas preparadas para el fondo de las que no lo estén, para administrarle a cada grupo tanto la alimentación como los tratamientos adecuados.
Todo colombófilo experimentado sabe que en las primeras pruebas de corta y media distancia la paloma no debe llevar más «combustible» del necesario para recorrer dichos kilómetros en el menor tiempo posible, y si por cualquier circunstancia la paloma tarda más de lo necesario siempre podrá hacer uso de las reservas de energía acumulada en los azúcares,grasa, etc..en un esfuerzo final.
El problema puede venir cuando en las primeras pruebas de fondo surge lo inesperado y el ave se ve obligada a volar 9 / 10 horas o más continuadas.
Las reservas de energía acumuladas en la paloma son insufiencientes para tal esfuerzo y cuando éstas se agotan y el ave necesita seguir volando su cuerpo utilizará el tejido muscular como fuente de combustible para seguir en el aire.
Éstas reservas musculares, incluso si el ave consigue finalmente llegar a su palomar, son practicamente irrecuperables y habrá que prescindir definitivamente a ésta paloma para la competiciones futuras de fondo, aunque es más probable que el ave, por puro agotamiento perezca, sea presa fácil de depredadores o en el mejor de los casos, se deje arrastrar por otras palomas y consiga entrar en otros palomares de su ruta donde intentará recuperarse.
Si dichos factores no son tenidas en consideración nos exponemos a perder un gran número de competidores de nuestra colonia. No es difiícil encontrar aficionados que han perdido el 80 ó 90% de sus aves en una sola prueba por tales causas, teniendo que dar por finalizada la temporada o incluso peor, perdiendo parte importante de su colonia.