Los criadores de palomas de larga trayectoria seguramente se habrán encontrado a lo largo de los años con más de un caso de pichones que muestran el llamado «mal de las patas abiertas» (splayed leg); son pichones con pocas semanas de vída y problemas de estabilidad y fuerza en sus patas; patas mal posicionadas, debilitadas o con poca fuerza colocadas a un lado del cuerpo y que no son capaces de sostener al pichón de pie ni permitirle caminar y por tanto le dificulta considerablemente la solicitud de alimento a sus padres.
Éste es un problema grave que podrá solucionarse si se aplica inmediatamente medidas una vez se ha detectado el mismo.
Como causas más probables de éste problema de mal posicionamiento de las patas de ave mencionaremos una mala postura del pichón en el nido, a veces por un suelo inadecuado del mismo que lo hace resbaladizo o inexistente; luxación de una o ambas extremidades por accidentes o traumatismos, nutrición deficiente, etc…entre otros.
La primera solución aplicable una vez detectado el problema es el vendaje, con el fin de corregir éstas leves deformidades de los huesos de las extrememidades del ave en éste estadio de su crecimiento. La detección precoz y la actuación rápida es la mejor forma de evitar que el ave quede impedida para realizar una vida normal, pues cuánto más avance el crecimiento del pichón y consiguientemente de los huesos de las patas más difícil será una recuperación satisfactoria del mismo.
Para corregir el problema se debe asegurar la pata afectada a su posición natural. Se puede utilizar una venda autoadhesiva o cinta elástica, siguiendo las siguientes pautas para su colocación:
- LLevar las patas a su posición natural y rodearlas con la venda
- Para mantenerla en su posición se puede utilizar algún material ligero como algondón o esponja para mantener la distancia adecuada entra las patas
- No se debe apretar en exceso la venda para evitar problemas de circulación en dichas patas.
- Se revisará periódicamente la posición de la venda y la correcta disposición de las patas, durante al menos dos semanas.