la paloma en forma

Buscando a la paloma en perfecta forma

La búsqueda por parte del colombófilo de cualquier señal que  indique el estado de forma de nuestras palomas no cesa y aunque no está demás atender a tales señales no debemos perder de vista la verdadera función de todo buen cuidador y es poner nuestro máximo esfuerzo en hacer un buen trabajo diario con ellas: alimentación, higiene, entrenamiento y selección.

Buscando la paloma en forma

La forma vendrá por sí sola, pero no está demás atender a las señales que expertos colombófilos aprendieron a distinguir como signos de la buena o mala forma tras muchos años de experiencia.

  1. En la paloma en forma los huesos del bacinete o pelvis (caja ósea abierta por arriba y por abajo, situada en la extremidad inferior del tronco que sirve para proteger ciertos órganos así como dar inserción a los miembros inferiores) están sujetos, próximos y muy flexibles. El pecho del ejemplar en cuestión es amplio y bien despejado mientras que la parte trasera está muy estirada.
  2. El cuerpo tiende a irse hacia adelante y está muy recogido, presentando una forma ovoidal. Colocadas algunas horas antes en la cesta, las palomas parecen más pequeñas. Todo el plumaje se ha puesto más apretado y ligeramente torcido y ondulado como consecuencia del agrupamiento de las plumas.
  3. Las orejas están completamente invisibles. Visto de conjunto, el sujeto se ha alargado y el volumen del vientre se ha reducido considerablemente.
  4. En la paloma en forma, las membranas claras se vuelven más elásticas. Las grandes plumas del ala de un sujeto en estado de reposo deben dar la apariencia de una linea recta y las pequeñas plumas cobertoras están igualmente apretadas  y bien superpuestas las unas sobre las otras.
  5. Las dos alas adquieren un cierto grado de oblicuidad, es decir, están ligeramente caídas y tienen una tendencia a caer del cuerpo.
  6. La cola formando una sola pluma  y ligeramente alzada, como los pájaros en la época de celo.
  7. La cuestión de las cutículas y/o películas escamosas, principalmente las que recubren los músculos del esternón, hay que tenerla bien presente. Sin embargo, debemos reconocer que hay muchas palomas que se han clasificado en cabeza a pesar de estar cargadas de películas, por lo que este a éste punto  no debe prestarle excesiva importancia.

La forma depende de muchos factores y se manifiesta sobre la totalidad del individuo.

la paloma en forma

Señales para descubrir la forma de la paloma sometida a viudez

Una buena señal es que en la parte córnea de las tres últimas grandes remeras, aparezcan pequeñas manchas blancas, harinosas, que se parecen bastante a minúsculas escamas, así como la presencia de puntitos blancos rosados, compuestos principalmente de fósforo, potasio y magnesio.

Aspecto de la cabeza: el pico debe estar bien limpio, de color fuego en su punta. Las carándulas nasales deben estar blancas y salpicadas de puntos rosa. Las patas estarán calientes, teñidas de un rojo fuerte y desprovistas de escamas. El color de la carne será de un rosa acentuado. La piel azulada es una mala señal. Será suave y bien distendida.

Por el contrario, la rugosa y harinosa es un índice negativo. Las membranas que rodean el oído se agrandan un poco y estarán también un poco más coloreadas.

La rabadilla amarilla, pequeña, seca, con el plumón encogido, duro y en forma de pequeños puntos, denota a un sujeto que no se encuentra a punto. Una paloma que posea ésta característica debe permanecer en reposo y llevar un régimen especial.

En la paloma en forma, su actividad será grande, su cuerpo bien ceñido y la cabeza bien destacada. En vuelo, suele desgajarse del pelotón, bate las alas y hace la mariposa. En el palomar a menudo realiza saltos de 40 a 50 centímetros de altura. El reflejo metálico de la garganta está más acentuado, más pronunciado. En tanto que las cobertoras de las alas activas y pasivas, estén en buen estado, se puede juzgar a la paloma hasta la caída de la octava pluma.

Una paloma en forma no tiene jamás el plumaje alborotado o desordenado. Los excrementos son también bastante duros, parecidos a pequeñas bolas, bien torneadas y de un tinte gris, blanco, amarillo y marrón.

La paloma en forma debe tener la garganta muy limpia, fuertemente rosada, desprovista de toda granulación e irritación, poseyendo el grado de humedad necesario para el buen funcionamiento de los órganos respiratorios y digestivos. La lengua será rosada, lisa y con la punta ligeramente teñida.

La abertura de la laringe estará más larga que ancha, ocupando casi el tercio de la longitud de la lengua. Los contornos serán delgados y de un rosa uniforme. En la paloma con buena salud, la cavidad bucal estará alargada y la abertura de la boca será amplia.

En cuanto al comportamiento

En cuanto al comportamiento que manifiestan las palomas detallado anteriormente hay aves que no desvelan tan fácilmente su estado de forma a través de su actividad de vuelo o dentro del palomar. Algunas palomas en perfecta forma pueden rehusar volar para posarse en un tejado elevado  sin preocuparse de las demás. Otras se vuelven  muy tranquilas en el palomar y parecen dormitar en vez de mostrar su nerviosismo.

En la viudez, la selección de las mejores es, a menudo muy incierta y hacen falta muchas horas de observación continua para reparar en el ejemplar que está más en forma. En algunos aparece en la cesta de viaje, mientras que en otras desaparece.

Lo que parece más perjudicial para la forma atlética de las mensajeras es la variación de temperaturas, a veces muy brusca entre el día y la noche y los cambios de tiempo.

El mejor aficionado a la colombofilia es el que sabe ajustar ésta temperatura,  cuando sus alumnos han probado por sus resultados que poseen la forma. Podrá también mantenerla  y darle un trazo ascendente.

Vía R Stevent

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