origen de la colombofilia en España

Origen de la colombofilia en España

El portentoso instinto de orientación de las palomas mensajeras

Un siglo ha transcurrido desde que  tuvo efecto el suceso a que hace referencia el grabado adjunto, y al dedicarle estas líneas tributamos un justo homenaje al que podríamos llamar introductor en España del servicio de comunicaciones por palomas, don Nilo María Fabra. Nunca pudo hacerlo con mayor oportunidad que al cumplirse el centenario  de la expedición del primer despacho español, con motivo de la vuelta a España del malogrado monarca don Alfonso XII. En el terreno histórico, justo es divulgar cómo vino a España el deporte colombófilo, la telegrafía alada, y en general cuanto atañe a las palomas mensajeras.

origen de la colombofilia en España

De los datos constatados, se puede deducir que, hasta el sitio de París, nadie se había ocupado públicamente de la existencia de las mensajeras, y que en aquella época (1870-71] fue cuando la prensa, sabedora de los importantes servicios que las palomas prestaban a los franceses, empezó a ocuparse seriamente de la telegrafía alada y copiáronse artículos que los periódicos extranjeros dedicaron a las mensajeras y en los que salió a relucir toda la historia. «La Ilustración Española y Americana» publicó algunos dibujos representando la llegada de las palomas a París, la colocación de los despachos, etc., . Desde entonces sé supo algo, aunque por sí solo no hubiera bastado ni siquiera para implantar un deporte tan desconocido como exótico.

Don Nilo María Fabra

La gloria de haber colocado la primera piedra corresponde, sin discusión alguna, a don Nilo María Fabra, conocido publicista y director de la agencia telegráfica del mismo nombre; y cosa singular, Barcelona, por aquel entonces  capital de la colombofilia española, vio las primeras pruebas y tuvo la primera estación de mensajeras en España.  A la ciudad condal parecía, pues, reservada la introducción de nuestro deporte.

En efecto: la agencia de don Nilo Fabra, montada con tanta perfección como las primeras del extranjero, tropezaba, por los años de 1872, con serias contrariedades, dado lo difíciles que se hacían las comunicaciones por las continuas luchas que ensangrentaban nuestro suelo. Generalizada la guerra, las vías ordinarias de comunicación quedaban de continuo inutilizadas, y como no se veía aún el término de aquella penosa situación, pensó su digno jefe, siempre atento en introducir todos los perfeccionamientos en su establecimiento, acudir en demanda de datos a la tan conocida Agencia Havas, de París, y de la que sabía tenía montado un servicio de despachos por palomas, que le proporcionaba excelentes resultados.

El ejemplo de la Agencia Havas

Animado el señor Fabra por los buenos informes que se le dieron, salió para la capital de Francia, donde permaneció durante algún tiempo estudiando eI cultivo y educación da las mensajeras, siendo su maestro un colombófilo belga, a cuyo cargo corría la estación de la Agencia Havas.  Allí pudo don Nilo Fabra convencerse de ¡os buenos servicios que podían esperarse de las palomas, y asistió de continuo a la recepción y suelta de las que tenían en constante comunicación las oficinas de la agencia establecidas en París y sus reporteros, que, desde Versallés, dónde se hallaban reunidas las Cámaras, les transmitían extensas y frecuentes noticias durante las sesiones.

Resuelto a establecer, un servicio similar para su agencia, el señor Fabra adquirió en Bélgica 24 pares de mensajeras que, traídas a Barcelona, fueron instaladas en el palomar de la casa que era entonces de los señores de Treserra, y que aún se halla hoy situada en  la plaza de Medinaceli, esquina al paseo de Colón. Allí quedó establecida la primera estación de mensajeras, empezándose la cría a fines del 1873, y. previamente aclimatadas y aquerenciados los pichones, inicióse la formación para prestar el más Interesante de los servicios al empezar el feliz año de 1875.

Histórico acontecimiento

Corrían los últimos meses del 1874, y los españoles, abatidos hasta entonces por las luchas intestinas que sobre nuestra patria pesaban, sentían reanimado su espíritu ante las buenas noticias que pasaban de boca en boca. Sonó, el grito de «¡Viva el rey!», dado por el general don Arsenio Martínez Campos, España vio renacer la calma, y la esperanza de venturosos días hízole olvidar los males que aún le aquejaban.

Secundado el movimiento, al poco tiempo, el joven monarca D. Alfonso XII, disponíase a abandonar su destierro para volver a ocupar el trono de sus mayores. Barcelona fué la ciudad elegida para recibir a S. M., en cuyo puerto debía pisar nuevamente tierra española.

Don Alfonso tenía que embarcarse el día 8 de enero de 1875 en el puerto de Marsella y, a bordo de la fragata de guerra española «Las Navas de Tolosa», debía llegar al siguiente día a Barcelona. La Diputación Provincial, presidida por el gobernador interino, don José Vilaseca y Mogas, salió en la noche del 8 al 9 en el vapor «Jaime II», con objeto de recibir a S. M. en aguas de la provincia de Barcelona. Entre las personas que acompañaban a la comisión oficial figuraba don Nilo María Fabra, quien, al embarcarse, tomó consigo dos palomas de su estación. AI amanecer del día 9 de enero, fecha que los monárquicos españoles recordarán siempre con agrado, el «Jaime I» divisó en el horizonte la flota que conducía al rey; eran entre las seis y siete de la mañana. El señor Fabra, en cumplimiento de lo ofrecido a la redacción del diario de Barcelona, escribió en tirillas de papel, dos despachos iguales que, después de arrollados, fueron colocados en los tubos portadespachos que cada paloma llevaba sujeto a las patas. En aquéllos se anunciaba a los barceloneses la proximidad del rey.

Pocos momentos después diose libertad a las avecillas, que inconscientes de la fausta nueva que les era confiada, revoloteaban sobre, la embarcación, describieron algunos círculos en el aire y, con rumbo seguro y raudo vuelo, tomaron la dirección de Barcelona y, al poco rato, perdiéronse de vista en el espacio. Las palomas, soltadas en aguas de Tordera, a 80 kilómetros da su palomar, salvaron el trayecto en 50 minutos, con una velocidad de 1.600 metros por minuto, que es de las mayores que han registrado las sociedades colombófilas española, y como si supieran la ansiedad con que Barcelona esperaba noticias, se apresuraron a llevárselas.

El «Jaime II» siguió su rumbo, acercándose cada vez más a la nave real y, al encontrarla, pasó a ella la comisión de Barcelona, la primera en España que tuve la honra de saludar y dar la bienvenida al joven rey don Alfonso XII. Entretanto, el despacho, cuidadosamente retirado de la paloma llegada, era conducido a la redacción del diario de Barcelona, en cuya edición de la tarde se leía en su sección telegráfica:

[box type=»note» align=»aligncenter» ]POR PALOMA MENSAJERA DE LA AGENCIA FABRA. En la mar; vapor «Jaime II», 9 de enero, 6 y 50 mañana (recibido 7 y 40). — Hemos avistado a las «Navas», que conduce Rey, delante de Tordera.[/box]

Conciso era el despacho, pero en su iaconismo, ¡cuánto decía a los españoles! La paloma del señor Fabra, portadora de aquel mensaje, fue para España la de Noé en el Arca, y el sutil papel en que vino escrito, la rama de olivo, símbolo da paz y alianza que marcaba la entrada de una nueva era en los fastos de nuestra historia.

Cuando S.M. se enteró de aquel episodio de su llegada a España, manifestó al señor Fabra deseos de ver la paloma, y éste, queriendo complacer al rey, se la ofreció,, y habiendo sido aceptada, fue conducida a la Casa de Campo, donde, rodeada de grandes cuidados, vivió algunos años junto con otras palomas que,. posteriormente, fueron regaladas a.S. M. El retrato de esta paloma, publicado por «La Ilustración Española y Americana», es el reproducido en la lámina alusiva a aquel suceso. El despacho en cuestión se conserva  en la biblioteca nacional, donde permanece como recuerdo histórico.

La suelta efectuada por Fabra  en, el «Jaime I» fue la primera que se efectuó en España. El señor Fabra, por servirse de la telegrafía alada, fue recompensado por el Gobierno de S. M. con la Cruz blanca de clase del mérito militar, distinción que, justamente, le correspondía por el empeño que había mostrado en la importación de aquel nuevo medio de comunicaciones, cuyas ventajas había probado, y que consideraba altamente ventajoso para el país, como se demostró a posteriori como origen de la colombofilia española.


Transmisión de noticias utilizando el vuelo de las aves. Un nuevo medio de comunicación

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D. Salvador Castelló y Carreras trasmitiendo despachos de SM Don Alfonso XIII

En ocasión del viaje regio a Cataluña y Baleares, en abríl de 1904 y durante las fiestas de coronación del joven Rey Alfonso XIII; la Real Sociedad Colombófila de Cataluña, presidida por don Diego de la Llave y García, organizó una red de comunicaciones por palomas mensajeras a disposición de Su Majestad, dirección que se confió a don Salvador Castelló y Carreras y que fue utilizada en los diversos desplazamientos del Monarca.

Dedicación que a continuación exponemos.

A S.M. el Rey Don Alfonso XIII, Señor:
Érase el 9 de enero del glorioso año de 1875, cuando jadeante de fatiga, tras largo vuelo, llegó a Barcelona una paloma, portadora del siguiente mensaje, inserto en la edición de la tarde del «Diario de Barcelona»: «En la mar; vapor «Jaime II». — 9 de enero, 6 horas 50 minutos mañana. — Hemos avistado a las «Navas», que conduce al Rey, delante de Tordera.»
Pocas horas después S.M. el Rey Don Alfonso XII, de grata memoria pisaba nuevamente tierra española.
Mensajera de paz, como la del arca fue aquella paloma, manifestación primera de la colombofilia española, y pues tan íntimamente ligadas van la restauración de la Monarquía en la persona de vuestro augusto padre y la revelación en España de los servicios que pueden prestar las palomas mensajeras,  ello tan sólo bastaría para que las sociedades colombófilas españolas vivieran siempre adictas y leales a V.M.
De ahí, señor, que, al honrar V.M. con su visita, a la región catalana, cuna de la colombofilia española y residencia de la Real Sociedad Colombófila de Cataluña, de la que nacieron todas las demás, hoy con ella tan estrechamente hermanadas; ésta se haya creído en el deber de poner de manifiesto anteV.M, su organización, sus adelantos y los servicios que, en caso necesario pudiera prestar a nuestra querida patria.
Favorecido con la confianza de mis consocios; auxiliado por los activos compañeros que conmigo  compartirán el trabajo y por otros elementos militares que el Excmo. señor Capitán General de esta IV región ha tenido a bien facilitarnos, vengo, señor, a dar respetuosamente cuenta a V.M. de lo que va a ser el servicio de comunicaciones por palomas mensajeras que tenemos la honra de dedicaros, y de cuyos resultados y utilidad práctica podrá darse propia cuenta V.M.
La transmisión de noticias utilizando el vuelo de las aves y particularmente el portentoso instinto de orientación de las palomas, es costumbre que se remonta a la historia de los pueblos más antiguos, y desde que tres mil años antes de J.C. los egipcios anunciaron por medio de palomas el advenimiento al trono de los faraones del gran Rey Ramsés III, hasta la fecha, en que Cataluña colombófila moviliza sus aladas huestes para festejar a V.M., la historia ha registrado numerosos acontecimientos en los que las palomas desempeñaron interesantísimo papel.
Marco Antonio, en el sitio de Módena, 43 años antes de la venida del Mesías; César en sus campañas de las Gallas;  el sultán Nur-Eddin con su red de palomares, creados a mediados del siglo XII; los holandeses y flamencos en nuestras campañas del siglo XVI y en particular en los sitios de Hariem y de Leyden, poblaciones salvadas gracias al empleo de las mensajeras; los ingleses en Waterioo; ios venecianos en el sitio de la perla del Adriático; los franciases durante el memorable sitio de París, en 1870-71; boers é ingleses en el Transvaal, y tantos y tantos otros, son hechos más que suficientes para otorgar a la colombofilia el puesto que le corresponde como medio rápido de comunicaciones cuando el orden se altera. (… )
Para poner en práctica esos servicios, la Real Sociedad Colombófila de Cataluña cuenta con material fijo y de campaña adecuado, movilizará debidamente las palomas necesarias y montará guardias permanentes en los palomares, al objeto de asegurar la rapidez en la llegada de los despachos a manos del destinatario.
Los despachos podrán transmitirse media hora antes de la salida del sol hasta !as cinco de ¡a tarde, y serán escritos en papel especial, conduciéndolos la paloma en tubos de aluminio apropiados.
Según las distancias y el estado atmosférico, se expedirán las copias que la práctica tiene señaladas.
El servicio sólo se suspenderá en caso de lluvia o niebla espesa, reanudándose en el momento en que lo permita el tiempo.
De los resultados del servicio se dará cuenta a V.M. en una memoria, donde constarán sus menores incidentes. Para los demás pormenores y la determinación de las relaciones que deberán quedar establecidas entre el Cuarto Militar de V.M. y la Comisión que me cabe la honra de presidir, rendidamente suplico a V.M. se digne disponer lo mejor crea, en la seguridad de que las órdenes de V.M. serán puntualmente acatadas, considerándonos todos muy dichosos si logramos los resultados a cuyo buen éxito vamos a consagrar todos nuestros trabajos y entusiasmos. Dígnese el Señor mantener la paz bienhechora, que bajo el reinado de V.M. ha de dar días de gloria a España afianzando su prosperidad; más si así no fuera y la guerra perturbara de nuevo el suelo patrio, tenga V.M. seguridad más completa de que, lo que hoy hacernos, lo repetiríamos gustosos, aún cuando fuera a costa de nuestra propia sangre y en defensa cía la Patria y de V.M Barcelona, 28 marzo 1904 Señor
A los R.P de V.M.

Salvador Castelló y Carreras

En la visita efectuada al monasterio de la Virgen de Montserrat, de su puño y letra Don Alfonso XIII, dignóse escribir un despacho a su Augusta Madre I; Reina Doña María Cristina, saludandola, desde las alturas de ¡a Santa Montaña,  que del original reproducimos.

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Colombograma autógrafo de SM Don Alfonso XIII expedido a su madre la reina Dª María Cristina el 10 abril de 1904

Se enviaron 110 colombogramas sin que ni uno solo dejara de llegar a su destino; fue pues modelo de organización, servicio que valió la felicitación de intendente general de la Real Casa y Patrimonio, marqués de Gorja.

En fechas más recientes, la colombofilia se extiende por todas las comunidades autónomas del país y aunque la finalidad estratégica militar desapareció apenas hace unos años atrás, la afición por el deporte y la cría de palomas con éste prodigioso talento continúa.

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