Está constatado por diversas fuentes que el peso más adecuado para una paloma mensajera varía entre los 350 y 450 gramos, teniendo en cuenta el volumen y la edad del ejemplar.
Una paloma de talla pequeña debe tener un peso aproximado de 350 a 400 gramos; una de talla mediana oscilaría entre de 400 y 430 gramos y un ave de mayor tamaño entre 430 y 450 gramos.
Estas cifras deberían valorarse como medidas máximas y el peso de nuestras palomas deberá oscilar entre ellos. salvo en raras excepciones justificadas.
Si una paloma coge algo de sobrepeso durante las competiciones, deberá transportar durante el vuelo una sobrecarga que le provocará mayor fatiga y por tanto peores tiempos a realizar en los resultados de la prueba.
No obstante éste estado de forma o mal estado de forma para ser precisos no supone en sí un problema de salud para la paloma, sólo un problema de bajo estado de forma que se traducirá en malos resultados y malos tiempos en regresar al palomar.
Por contra, que una de nuestras aves se halla por debajo de los pesos relacionados anteriormente tampoco es algo deseable.
Está evidenciando que su organismo está debilitado, ya sea por la sobre excitación o el exceso de mordiente en la paloma que no le permite comer las cantidades mínimas para cubrir sus necesidades alimentarias (habremos descartado previamente cualquier problema individual de salud). En éste caso tampoco sería una buena decisión enviarla a viajar, pues su debilitamiento podría agravarse y llegar a un punto casi irrecuperable.
Como en otros muchos aspectos de la actividad del colombófilo, será la observancia diaria del aficionado y el conocimiento individualizado de cada una de sus voladoras la que determine el estado óptimo, o ausencia del mismo, para afrontar una carrera.
¿Cómo prevenir los inconvenientes creados por el peso inadecuado de nuestras palomas? Si la paloma está demasiado pesada, será aconsejable dejarla en casa sin viajar y someterla a entrenamientos más prolongados de lo habitual para tratar de ponerla en forma a la mayor prontitud posible.
En el secundo supuesto, de escaso peso será la alimentación el aspecto que deberemos reforzar e incluso reducir sus vuelos hasta que recupere un volumen adecuado de masa muscular.
Se acerca el invierno, los días son más cortos y la temporada de competiciones ha terminado. La actividad diaria de nuetras competidoras baja considerablemente con respecto a lo que era hace unos pocos meses, incluso si podemos soltarlas sobre el palomar durante unos minutos para hacer ejercicio de mantenimiento. Estas circusntancias pueden hacer que acudan a nuestras palomas problemas de sobrepeso por falta de ejercicio y por una dieta excesivamente rica en hidratos y proteínas que ahora no van a quemar en ninguna carrera.
Controlar la alimentación y reforzar el plan
Controlar la alimentación y reforzar el plan de sueltas diarias ayudará a controlar el peso y la forma de nuestras palomas durante la temporada de reposo.
No hay que olvidar que, a no ser que ésta obesidad sea muy exagerada no la detectaremos a simple vista en el día a día de nuestras visitas al palomar ni en los entrenamientos alrededor del palomar. Es cuando las preparamos para un concurso o suelta de entrenamiento cuando ese sobrepeso que soportan hará que una vez se abran las puertas de las jaulas, el bando de palomas regresen a un ritmo más alto que la paloma obesa, intentará seguir por todos los medios, pero que el sobreesfuerzo y la fatiga muscular la obligarán a quedarse primero a la cola del grupo y más tarde tener que pararse necesariamente a reponer fuerzas en cualquier punto del camino.
Es entonces el momento más comprometido para ella, pues cualquier avezado depredador a la espera puede aprovechar la situación y detectar a una paloma incapaz de seguir su ritmo normal de vuelo y por tanto aprovechar su momento de debilidad.
Otra de las razones por las que se producen bajas injustificadas en vuelos cortos de entrenamiento o incluso sueltas alrededor del palomar en ciertos casos son achacables al sobrepeso de algunos individuos de nuestra colonia y su imposibilidad de un escape rápido ante el ataque de un depredador.
Rebajar la dosis de alimento diario o mezclarla con mayores proporciones de cebada ayudará a recobrar el peso óptimo de todos los individuos del palomar.